Los maestros en la distancia

Me avisa un amigo de que ha fallecido Marcus Lutter a los 91 años de edad. Descanse en paz. Aquí puede leerse un un breve y bonito texto que reproduce las palabras de sus discípulos con motivo de su 90 cumpleaños. Lo primero que me viene a la cabeza es el día de la defensa de mi tesis doctoral, de cuyo tribunal él formó parte. El Profesor Ángel Rojo empezó su intervención hablando de los maestros en la distancia y de cómo le interesaba siempre saber la opinión de Lutter. El recuerdo de esa tarde de tesis doctoral, con su cena posterior, es y sigue siendo el mejor de toda mi carrera universitaria.

Esa generación de mercantilistas alemanes, Lutter, Ulmer, Hopt, Karsten Schmidt, por citar solamente a algunos (podría seguir con Kübler, Wiedemann, Huber, Zöllner …) y solamente en el ámbito del Derecho de sociedades era para nosotros tan familiar como podía ser nuestra propia doctrina. Marcus Lutter tenía a mi juicio un rasgo distintivo. Se le entendía muy bien. Escribía con mucha claridad. Aparte de sus aportaciones en tema de capital social -que desde luego hoy en día es una materia susceptible de revisión (veamos el Brexit si genera movimientos en ese sentido, si en el Reino Unido reforman el sistema y qué efecto tendrá –if any- en el Derecho comunitario) era una máxima autoridad en otras muchas materias, como el derecho de grupos o los deberes de fidelidad tan de actualidad hoy. Algunos de sus trabajos más reconocidos estaban escritos en francés o en italiano o al menos publicados en las revistas de referencia en la materia, lo que era también una excepción (algo de Hopt en inglés y poco más). Creo que fue Hopt precisamente quien dijo cuando se fundó en 2004 la European Company and Financial Law Review, con amplia participación desde el primer momento de destacados autores alemanes «ahora por fin nos leerán», y se refería probablemente a autores poco proclives a leer en idiomas distintos del inglés.

La Universidad ha cambiado mucho en estos años. Permanece el recuerdo y el ejemplo de los maestros en la distancia.

Un recuerdo también para una obra muy interesante a la que me referí una vez que descubrí -como se descubren muchas veces las cosas- de manera casual mientras paseaba por las estanterías de la biblioteca en Bonn. Lo comenté un día con él, que me había llamado la atención ese libro, que me había parecido muy emocionante y me contó que en su estancia en Berkeley se había dado cuenta de lo poco reconocida que era esa influencia de los juristas alemanes huidos del nazismo en el desarrollo del Derecho estadounidense.

Esto es lo que escribí aquí

También me he acordado de otro libro en el que la guerra y los juristas desempeñan un papel esencial. Mucha gente sabe que huyeron del nazismo personas de altísima competencia que se establecieron en los EEUU y continuaron allí sus carreras truncadas: científicos como Albert Einstein o cineastas como Billy Wilder, por citar dos casos muy conocidos. En Der Einfluss deutscher Emigranten auf die Rechtsentwicklung in den USA und in Deutschland, ed. Marcus Lutter et al. Tübingen, J.C.B. Mohr, 1993, me pareció especialmente impresionante el capítulo dedicado a Ernst Rabel, que empezó a los 65 años una nueva vida en los EEUU. Una frase del decano de la Universidad de Michigan (v. texto correspondiente a nota 9) lo resume todo: “We did not know who he was!”

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